
Desde que conocí la existencia de las ballenas, y de que en una época del año, llegaban a la península Valdés a tener sus crías, soñé en conocer ese lugar.
En algún tiempo de la secundaria quise estudiar biología marina, cuidar ballenas y peinar pingüinos.
Dice mi hermana en la presentación de este blog, que los sueños de los 18, también pueden cumplirse a los 50...que nos animemos a desafiar las barreras que nos limitan, y salir al ruedo. Claro que no era mi interés estudiar biología marina ahora, pero si conocer a las ballenas.
Una escala de 24 horas en BsAs, y el peque que se acercó hasta CABA, para pasar unas horas juntos. Caminamos por la Avenida Córdoba hasta acalambrarnos. Comimos parados en la pizzería Guerrín. No sabía que si comes parado en la barra, la pizza es más barata. Él si...Va aprendiendo 😉. Por la tarde fuimos al emblemático Café Tortoni- re- caté-,y volvimos a comer pizzas parados a la Guerrín!! Una de cal y una de arena!
A la mañana siguiente él se fue y yo también.
Llegué a Trelew a media mañana, de ahí a Puerto Madryn. Una vez instalada, salí a recorrer la ciudad, el puerto y la playa. Ida y vuelta.., kilómetros de caminata en la arena. Viento, olor a mar, gaviotas y petreles. Poca gente y nada de ballenas.
Parque eólico, entre Trelew y Puerto Madryn. Los molinos son gigantes!
Playas de gruesas arenas y conchillas. Viento frío y y un sol cálido.

Atardece.. cientos de gaviotas.
Mirar el cielo, ver cómo van cambiando las nubes y los colores...es un espectáculo.
Al día siguiente, haría una excursión a la península. La había pagado casi un año antes, y la chica de la agencia se portó de 10, porque me iba reprogramando la excursión a medida que iba cambiando los vuelos.
Antes del amanecer me pasa a buscar el chofer, que era su marido. Iba sola.
Así que el chofer y yo, en esa playa, antes del amanecer, sin ni un alma. Un poco de cuiqui.. me dió.
Fue mi primera aproximación con las ballenas, dormian boca arriba, y de vez en cuando se movían y emitían ese sonido que eríza la piel.
Cada tanto descendíamos del coche, en algún mirador, playa, acantilado. y el hombre me explicaba algo. O yo miraba por los binoculares. ballenas, elefantes y lobos marinos, aves..
Me imaginaba los acantilados de paredes duras. Pues estos son sedimentarios, blandos, con miles/millones de conchas calcáreas y quien sabe qué otros restos fósiles. Algunos de más de 50 mts de altura.
Puntas, cabos, bahías, golfos, playas acantilados... todos los accidentes costeros en "la palma de la mano"
"La boa que se comió el elefante". Saint Exsupery anduvo por ahí en avión.
Y de regreso, llegamos a El Doradillo. Y vi las ballenas a metros de la orilla. Ellas iba y volvían, emitiendo ese sonido...con su nado suave.. por horas.. parecía que sabían que las estábamos observando.
Bellas, curiosas, esbeltas, inmensas, frágiles.

Los amaneceres más bellos que vi, fueron en Puerto Madryn. Una explosión de tonalidades anaranjadas que van cambiando minuto a minuto. Todos los días ponía el despertador y me iba a la playa con el mate.
Por las noches iba a comer pescado, mariscos...todo lo que supiera a mar.
Yendo en lancha a Punta Loma para nadar con lobos marinos.
Fue una experiencia, al principio no muy agradable. El traje de neoprene, el agua helada de junio, el mar inmenso, el snorkel, y los cachorros nadando por ahi.. son muchas sensaciones.. Cuando me acostumbré y lo empecé a disfrutar.. ya se terminó el tiempo!
Volvería a hacerlo, sin dudas! Ahora ya sé cómo es!
Al regreso, un BonusTrack.. una ballena curiosa y sociable se acercó a la embarcación...
Esa tarde fui a recorrer la zona sur. Donde desembarcaron los galeses, hicieron cuevas y vivieron varias familias. Qué admirable. Qué sacrificio.
Un viento de locos me acompañé todos esos días. Pero como hacía frio.. todo bien.. se soporta.
No quiero ser reiterativa...las Merrell..
Monumento al indio Tehuelche.

Último atardecer...
Último amanecer..

Réplica del dinosaurio más grande del mundo (hasta el momento en que lo instalaron creo) descubierto en Trelew.
En todos los viajes aprendo algo. Algo de historia, de costumbres, de comidas, de paisajes, de formas de vida, de geografía, de personas. En algunos me divierto más y otros son más tranquilos En algunos conozco personas, y en otros hablo con la Pacha Mama! En algunos sufro en calor y en otros disfruto el frío. Todos los viajes me aportan algo, desde el conocimiento del mundo exterior y algo de conocimiento personal. Nunca vuelvo siendo la misma.
Hermosos todos todos relatos, hermana!!!!
ResponderBorraramé tu relato!
ResponderBorrarMuchas gracias!
ResponderBorrar